¿Por qué realizar una fumigación en una biblioteca?
Esencialmente, porque la mayor parte de daños que presenta un libro es consecuencia de la presencia de los insectos y microorganismos enemigos del papel, mereciendo mención especial el pececillo de plata y el piojo del libro quienes basan su dieta alimenticia en los almidones contenidos en el papel.
En este sentido, un agente de deterioro altamente nocivo para el papel son los excrementos de los mismos insectos, quienes producen un líquido oscuro que mancha y debilita el papel.
En los libros y específicamente entre las hojas también es posible detectar hongos, microorganismos imperceptibles a simple vista que constituyen un inminente peligro para los materiales impresos, debido a que se alimentan de los componentes del papel y su metabolismo se regula con el bióxido de carbono y con algunos otros elementos como los ácidos oxálico y láctico.
La reproducción y crecimiento de estos organismos se realiza rápidamente al verse favorecidos por las condiciones ambientales que suelen existir en las bibliotecas. Cuando en las hojas aparecen cambios de color, manchas negras y se hace evidente el debilitamiento del papel estos son signos inequívocos de que se ha iniciado un proceso de contaminación de un acervo por lo que se deberá fumigar de inmediato para evitar no sólo la perdida de los libros, sino también las enfermedades en el personal y los usuarios que utilicen los servicios que proporcione la biblioteca.
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